El demonio que me devastó.

Te conocí, sabiendo, desde un primer momento, que me arrepentiría de haberte dejado entrar en mi vida.

Más bien, mi subconsciente lo sabía, pero yo no quería aceptarlo. Desafié a la razón, quien me advirtió que todo esto sería un error.

Te dejé entrar con tu sonrisa fría y chulesca, mientras me observabas, escaneando todos mis puntos débiles.

Me convertí en tu presa, la cual tenía que ser cazada y destruida.

Pensé que era amor, pero sólo era una tóxica relación. 

Me costó escapar, y ni siquiera sé explicar como sigo con vida.

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